LOS VECINOS SE QUEDAN SIN VOZ

Asparve

La carta que la Junta Directiva de la Asociación Vecinal de Trubia ha enviado a sus convecinos y de la que se ha hecho eco la Nueva España suena a grito de desesperación y desconsuelo.

Dicen dimitir en bloque por cansancio, yo añadiría que más que cansancio es hastío y lo sé por experiencia y por que me costa que el asociacionismo en general está en crisis y el vecinal está moribundo porque al frente se encuentran socios muy mayores y con pocas o ninguna expectativa de futuro, aunque deberíamos tener presente que el día que las Asociaciones de vecinos echen la persiana los vecinos se quedarán sin voz.

El ejemplo de Trubia es extrapolable en todas las direcciones, en La Corredoria sin ir más lejos se está muriendo por falta de regeneración y porque muchos no se acercan a ellas argumentando que están politizadas y ¿qué significa eso? Todo es política, política es lo que estoy haciendo en este momento y añadiría que donde más política se hace es en las barras de los bares atestadas de paisanos y en los cafés de las tardes alrededor de los cuales las chicas intercambian inquietudes. Todos se quejan, todos critican, a todos les parece insoportable que no se haga esto y aquello pero ignoran a las asociaciones de vecinos que día tras día trabajan para conseguir mejoras en el barrio y trasladar a las autoridades las inquietudes de los vecinos.

Ahora se está hablando de la línea R de TUA (línea rápida a Oviedo que pasa por el barrio) y de la gratuidad para menores de 12 año y eso, que se va a poner en funcionamiento este verano, es consecuencia de la presión del asociacionismo vecinal. Los miembros de las asociaciones acudimos a muchísimas reuniones, elaboramos propuestas, exigimos plazos de tiempo pero quizá no hemos sabido venderlo y ahora parece que va a ser consecuencia de la ocurrencia de algún político.

Pero es que para que una asociación funcione tiene que regenerarse con nueva salvia y no ser diana de descalificaciones sino de reconocimiento por su labor altruista porque cuando hablamos de que están politizadas lo hacemos en tono despectivo sin percatarnos que cada cual tiene su ideología, su religión y sus intereses pero eso pasa en todo, en las instituciones como la sanidad, las fuerzas de seguridad, la judicatura, etc. porque la ideología es inherente al hombre y la mujer.

Este artículo fue publicado en LA NUEVA ESPAÑA el 10 de abril de 2019

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