UNA GRAN CACA

Hombre asoma su cabeza

Es el título que se me ocurre para calificar nuestra situación en este decimocuarto aporte que a modo de crónica de mi confinamiento vengo realizando desde que se declarara el estado de alama y no me refiero solo a la pandemia que ya en si mismo es una santa mierda, sino a todo lo que la rodea empezando por la voz de los políticos y tertulianos que cada mañana martillean mi cerebro

Decía Ingmar Bergman que envejecer equivale a escalar una montaña porque aun perdiendo las fuerzas, tu mirada se torna más libre y serena y debe ser por eso que me atrevo a comenzar de esta manera, por eso y porque ya no tengo nada que perder excepto la vida que tan poco importa a nadie si exceptuamos a mis seres más próximos, porque a fuerza de estar continuamente machacando la mente con números, nos estamos acostumbrando a ella como en las guerras. Se preguntaba Simón Bolívar ¿Qué es una guerra sin muertos? De la paz se debe esperar todo lo bueno, de la guerra nada más que desastre y esto es ya una guerra de alcance mundial que un virus ha declarado a nuestra especie.

Dice el viejo y sabio periodista Gabilondo que los estados del futuro serán sociales que no es sinónimo de socialistas sino de países dotados de una buena sanidad, inversiones en investigación, buenos servicios sociales y una justicia eficiente o no serán. No pide nada Iñaki, cuando sorprende precisamente que, en lugar de verlo como tal, y luchar todos a una para derrotar la enfermedad y prever otras posibles invasiones víricas, lo vemos en clave nacionalista de muñeca rusa (continente, país, comunidad, provincia, zona, barrio, en fin…) Y eso que los primeros sondeos arrojan una seroprevalencia de tan solo el 5% en España, más o menos igual que en el resto de países de Europa, lo que nos avoca a un futuro de próximos brotes.

El caso es que rondamos los 240000 contagiados y hemos sobrepasado la cifra de los 27000 muertos, muchos se fueron sin despedirse como lo hacen los soldados en el campo de batalla, abandonados a la más absoluta de las soledades y algunos confinados sin la debida atención médica en residencias geriátricas convertidas en improvisados mausoleos por la mala gestión de políticos irresponsables.

La patronal de las residencias denunció que en Madrid, durante el pico de la pandemia, no se aceptaron hospitalizaciones de residentes e interrogada sobre ello en entrevista publicada en El Mundo, la Señora Ayuso, presidente de aquella comunidad autónoma, respondió que si ha habido criterios técnicos y sanitarios que te dicen que igualmente esta persona va a fallecer, que mejor se quede ahí. Lo lees y sabes que te va a retumbar dentro del cerebro todos los días mientras sigas vivo preguntándote si tiene justificación elegir y pagar a esta clase de basura política.

Los partidos hacen declaraciones en clave electoral como si les interesara cuidar su negocio personal por encima del futuro de todos, y mientras la izquierda parece añorar un mando a base de ucases, buscando gravar a los ricos y promocionar la renta universal, más que implantarla porque solos no lo pueden conseguir, Casado, la cara visible de la oposición ofrece un plan B consistente fundamentalmente en reducir impuestos y subvencionar a las empresas como si pudiéramos pintar el dinero por las noches y no supiéramos ya cuales son las recetas de la derecha, estando como estamos sufriendo aún las consecuencias del rescate a la banca. De modo que me siento como el personaje que El Roto dibujó hace unos meses que decía comer y escuchar las noticias al mismo tiempo para cagarlo todo junto.

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