Sabotaje es el título de la última novela de la serie “Falcó” y la siguiente que arrojo a mi “piscina imaginaria”por no soportar su lectura aunque esté bien escrita y sea ágil de leer como la mayoría de la obra de su autor el académico de la lengua Arturo Pérez Reverte.
Su personaje “Falcó” me cae mal, me resulta desagradable, es un personaje prepotente, chulo, salido, homófobo, valiente, audaz, golfo y aún podría añadir media docena de calificativos o señas de identidad de esas que me producen mucha inquietud.
En mi opinión los autores riegan las obras que escriben con sus propios signos de identidad. Cada personaje, cada frase o pensamiento expresado o el recelo manifestado tienen mucho que ver con el autor y a través de la lectura de sus novelas he llegado a la conclusión de que Pérez Reverte es un tipo que escribe muy bien pero es demasiado de derechas, quiero decir de Vox para allá aunque intente disimularlo con sus opiniones moderadas en entrevistas y tweets. Sus personajes, no solo Falcó, otros también, son prepotentes, machirulos y perdonavidas y me escuecen mucho pero acaso lo que más me exaspera es esa forma que tiene de utilizar la novela pseudohistórica para hacer de manera solapada su propia revisión histórica, una forma de revisionismo que personalmente me resulta asquerosa.