¿POR QUÉ AHORA?

Figurasl del caso de El Petromocho

He pasado la mayor parte de mi vida haciéndome preguntas como esta ¿por qué? Pero raramente encontré una respuesta que me satisficiera, solo conjeturas y presunciones.

Los partidos políticos son células que se asemejan enormemente en diseño a las estructuras mafiosas, en las que se practica el único deporte permitido, “el culto al líder” creando con ello un caldo de cultivo perfecto para que en su seno trepen individuos de lo más variopinto como el causante del timo del “Petromocho” en Asturias. Dicho de otro modo, seguramente,  Juan Luis Rodríguez-Vigil Rubio, al que conocí personalmente y que en el plano coloquial resultaba una persona agradable, un tipo con sentido del humor y talante dialogante, probablemente jamás hubiera llegado a presidente de una comunidad autónoma, independientemente de que estuviera o no facultado para ello de no haber militado en una organización como la descrita. De origen castellano-manchego (Valdepeñas-1945) pero residente en nuestra comunidad desde los 13 años, se formó políticamente en el socialismo clásico llegando al PSOE de la mano de la lucha laboral y obrera. Socialista convencido, fue elegido Presidente de nuestra comunidad en 1991 sucediendo así a Pedro de Silva otra figura mítica del socialismo asturiano.

En lo personal le estoy muy agradecido por circunstancias que no viene al caso mencionar y en lo político también le tengo que agradecer haber sido uno de los pocos que dimitió inmediatamente de quedar en evidencia lo cual no suele ser lo común; lo que se llevó a cabo en junio de 1993, es decir apenas dos años más tarde como consecuencia de “El Petromocho” el famoso timo del que fue víctima y cuyos entresijos ampliamente detalla este fin de semana LA NUEVA ESPAÑA.

Todo esto ocurrió hace más de 25 años, en una época que recuerdo bien porque además de para Juan Luis, también fue complicada para mi en lo personal y por muy distintas razones porque justamente cuando estalló el asunto seguía los acontecimientos leyendo la prensa en el hospital Central donde me encontraba ingresado restableciéndome de un desagradable e inoportuno accidente de tráfico. Un político de hoy, como consecuencia del continuado expolio que sufrimos los ciudadanos, diría, total, lo único malo que hizo fue no contrastar la información que le llegaba.

La Nueva España presumió siempre y lo sigue haciendo de que ellos motivaron su dimisión y que por aquel trabajo les concedieron el premio Ortega y Gaset pero eso ocurrió en 1994. Entonces, por qué el periódico decide intercalar hoy un exhaustivo reportaje sobre EL PETROMOCHO. Y aquí aparecen las conjeturas y presunciones que siempre me acompañan, ¿será porque estamos a poco más de un año de las elecciones y los partidos necesitan que desviemos la atención hacia lo anecdótico o lo histórico en lugar de comentar la terrible actualidad que nos aqueja y no hablo ya de la corrupción, que también, sino por ejemplo de que “El Gobierno recortará el peso de la educación y la sanidad al nivel más bajo desde 2003

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