PISOS X

Imagen de escalera

La prostitución como elemento social mal entendido.

El viernes pasado la Sexta y dentro del programa Equipo de Investigación dedicó el espacio a la prostitución ejercida dentro de pisos en las grandes capitales españolas. Al margen de las bondades de un programa que no es santo de mi devoción porque solo busca el morbo y la audiencia, y aunque no le vi entero si vi lo suficiente para afirmar que estamos en un momento propicio para abordar seriamente el tema de la legalización de la prostitución. Más que nunca pienso que es necesario no solo recaudar impuestos del negocio del sexo, que también, sino que es necesario dar cobertura social y sanitaria a unas personas que han decidido o se han visto abocadas, tanto da, a ejercer la prostitución como medio de subsistencia.

En nuestro país la prostitución es “alegal”, un término jurídico que precisa aclaración pero al margen de consideraciones, según Europapress,  hay estudios que indican que uno de cada 5 hombres, es decir, más del 20%, ha utilizados los servicios sexuales de otro miembro de su especie, hombre o mujer a cambio de dinero. Y además, en el programa emitido por la sexta quedaba claro otro considerando, el de que socialmente la prostitución no solo está bien vista sino que se considera necesaria o conveniente por distintos estadios sociales y también por las autoridades independientemente de que esto no sepan cómo manifestarlo ni de qué manera hablar de ello públicamente.

Los dueños de los inmuebles, bien asesorados a buen seguro por excelentes expertos en orillar la ley, alquilan pisos para ejercer la prostitución sin mancharse en absoluto. Trabajadores prestan la logística laboral necesaria para llevarla a buen término dotados de infraestructura suficiente, como locales, furgonetas y servicios de limpieza, todo perfectamente estructurado como si de una empresa o negocio cualquiera se tratara dentro de la ley o de las reglas de juego. ¿Qué es lo que pasa entonces? ¿Cuál es el problema para legalizar la prostitución? ¿Hipocresía, cobardía política, miedo? Lo que sea se escapa a mi entender.

Ayer la gente que hablaba, unos más involucrados que otros, daba a entender que en los pisos, la mujer estaba en mejores condiciones que en la calle o en los clubs, ya que en ellos, no dependían de proxenetas ni explotadores laborales porque ellas mismas eran autónomas y que, gracias a esas infraestructuras podían actual protegidas ¿De qué? ¿De quién? ¿Del silencio administrativo o de la persecución policial?

Desde mi punto de vista, lo que es necesario es que figuren como autónomos o como sea en la Seguridad Social, que coticen, que declaren a hacienda, se sindicalicen y puedan gozar de la sanidad necesaria para ejercer la prostitución con garantías y seguridad, además de poder cobrar una pensión adecuada llegado el momento.

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