Mientras duermes

Con guion de Alberto Marini y dirección de Jaume Balagueró, Mientras duermes es una película de género suspense española, estrenada en octubre de 2011 y disponible en NETLIX. Los papeles principales corren a cargo de Luis Tosar, que rubrica otro excelente trabajo, Marta Etura que queda bien y Alberto San Juan que me gusta menos, da la impresión de no encajar.

No soy un gran aficionado a este tipo de cine, quise simplemente ver otro trabajo de Luis Tosar que en este caso da vida a un zumbado, un psicópata que sintiéndose incapaz de ser feliz, tampoco soporta que lo sean los demás y su trabajo como conserje en un bloque de viviendas de la ciudad condal se convierte en el lugar perfecto para dar rienda a su villanía.

No me parece original, me trajo a la memoria un antiguo film de Polanski, El quimérico inquilino se titulaba, que me gustó bastante más. Se desarrolla la acción en una de esas fincas urbanas del ensanche barcelonés, regia y burguesa, en la que toda la ambientación desprende, decadencia, oscuridad; incluidos los vecinos, salvo Clara(Marta Aura), cuya alegría desbordante a la postre la convierte en diana del villano.

Cuenta con 7 puntos en Filmaffinity y una SINOPSIS que dice lo siguiente:

César es el portero de un edificio de apartamentos y no cambiaría este trabajo por ningún otro, ya que le permite conocer a fondo los movimientos, los hábitos más íntimos, los puntos débiles y los secretos de todos los inquilinos. Si quisiera podría incluso controlar sus vidas, influir en ellas como si fuera Dios, abrir sus heridas y hurgar en ellas. Y todo sin levantar ninguna sospecha. Porque César guarda un secreto muy peculiar: le gusta hacer daño, mover las piezas necesarias para producir dolor a su alrededor. Y la nueva vecina del 5ºB no deja de sonreír. Entra y sale cada día radiante y feliz, llena de luz. Así que pronto se convertirá en el nuevo objetivo del juego de César. Se trata de un reto personal, de una obsesión.

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El caso SK1

Historia criminal y complicada.

Estrenada en 2015, el caso SKI es el título de una película francesa dirigida por Frédéric Tellier que es además coautor del guion junto a David Oelhoffen, recreando los hechos concernientes a la captura de un asesino en serie apodado “La bestia de la Bastilla”, de nombre Guy Georges (nacido Guy Rampillon) condenado a cadena perpetua en 2001 por la violación, tortura y asesinato de 7 mujeres en fechas comprendidas entre los años 1991 y 1997. Está disponible en Prime Video y en Filmin, en este último al costo de 2,95€, siendo su duración de 120 minutos.

Se dice que este caso, uno de los más largos y complicados en la historia criminal de nuestro país vecino, sobre el que se escribieron cientos de páginas en prensa y un libro (Le plaisir de tuer), dio paso a la puesta en funcionamiento de una base de datos de ADN de agresores sexuales y personas relacionadas con delitos de sangre que hasta entonces no existía.

Creo que todos los actores hacen un excelente trabajo si bien me apetece destacar a Adama Niane interpretando al acusado, pero sobre todo me ha satisfecho la dirección y el tratamiento que le ha dado a la historia, en cuyo relato no se centra, seguramente porque era perfectamente conocida por el público dada la repercusión que tuvo el caso, sino que nos habla de la obsesión de la policía por ser el primero en encontrar al asesino, evidenciando una rivalidad entre grupos policiales que incluso podía poner en riesgo el objetivo común de apresarlo.

Por otra parte plantea la trama de un modo original, comenzando por el final, es decir con los primeros pasos del juicio, dando saltos hacía atrás alterando la cronológica de los hechos de manera que estos sucedan prácticamente al mismo tiempo que transcurre la dinámica del juicio y sin olvidar la actuación de la policía en otros casos lo que le da un ritmo en la acción que se agradece. Pero además, aprovecha el guion para abordar otros temas sociales importantes como el derecho a un juicio lo más justo posible por muy atroz que sea el crimen o luchar contra la inclinación natural de considerar como monstruos o demonios a ciertos delincuentes para distanciarlos del ser humano y autoconvencernos de que nosotros somos otra cosa, para terminar fijando el objetivo en puntos ocultos de nuestra personalidad como la incapacidad que podemos llegar a presentar de no controlar ciertos horrendos impulsos a pesar de llevar una vida normal y la influencia que imprime en estas tendencias nuestros primeros años de vida.

Cuenta en Filmaffinity con una puntuación de 5,9 y una SINOPSIS que dice lo siguiente:

París, 1991. Franck Magne es un joven inspector que inicia su carrera en la Policía Judicial. Su primer caso es el asesinato de una joven. Pronto descubre casos relacionados pero se enfrenta rápidamente con la realidad del trabajo de investigación: la falta de recursos, largas horas, la burocracia… Pasan los años y las víctimas se multiplican. Las pistas están borrosas. Pero Franck Magne, obsesionado con el caso, no dejará de intentar descubrir y dar caza al monstruo responsable de los crímenes, llevando a cabo la que sería la investigación más compleja de la historia de la policía francesa hasta la fecha.

Soundtrack del film en SPOTIFY:
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Equilibrio

Interesante artículo que habla de Timnit Gebru, investigadora en inteligencia artificial ética, despedida por la multinacional Google y que ha generado una tormenta en varios niveles no solo dentro de la propia empresa, sino también entre la comunidad científica internacional por tratarse de una ingeniera muy valorada dentro de la minería de datos y fundadora de Black in AI, una comunidad de investigadores negros que trabajan en inteligencia artificial. 

“Las injusticias estructurales que hay en la sociedad permean los datos. Es muy difícil encontrar datos no sesgados porque la sociedad está sesgada”, explica Ariel Guersenzvaig, profesor de la Escuela Universitaria de Diseño e Ingeniería Elisava (Barcelona).

Esto, dentro de mi propia experiencia, lo he intuido siempre y de una empresa del tamaño de Google que además, va por la vida repartiendo bondades y humildades como si fueran el nuevo mesías salvador de la raza humana, no se iba a esperar menos.

Pero lo importante es el equilibrio y desde mi punto de vista, consistiría en que todos intentáramos en cada momento que vivimos, luchar contra nuestros propios sesgos, intentar que se atenúen, domeñarlos antes de actuar en consecuencia. Algo como lo que pretendemos con el cuidado del medio ambiente: “No podemos salvar el mundo del desastre ecológico, pero podemos deshacernos de la basura que generamos de manera consecuente intentando que la situación no empeore«.

Por razones de mi situación física no estándar he sufrido discriminación de una u otra manera y en uno u otro momento de mi vida y con el tiempo alcancé a comprender que en todos mis actos e incluso en mi actividad cotidiana, tanto cuando lo hacía como ejecutivo desde un puesto de responsabilidad, como cuando simplemente colaboraba en una asociación, debía ser consciente que estos, no solo me afectarían en lo personal sino que afectarían a todo el colectivo al que parecía pertenecer o al que me asemejaba.

Quizá lo único acertado que se puede leer respecto al despido de Gebru para alejarse del ruido de fondo, sea la opinión de Mara Balestrini, doctora en Ciencias de la Computación por el University College of London, cuando dice que «el documento en cuestión es probablemente una excusa para sacarse de encima a una persona que les estaba resultando problemática”.

Y volviendo a mi experiencia personal, puedo agregar, que nunca fui despedido por razones profesionales, pero siempre tuve grandes problemas cuando plantaba cara a la empresa por razones de trabajo, justicia, discriminación, etc., y no solo en las empresas para las que prestaba mis servicios sino también en asociaciones o corporaciones sociales, fundaciones, etc., porque implicarse a favor de una causa justa o plantarse ante un acto discriminatorio siempre pone nervioso a quien intenta, a veces de manera honesta, mantener a flote un proyecto preservándolo de las piedras que se le van presentando en el camino.

ORÍGENES SECRETOS

Orígenes secretos es el título del primer largometraje escrito y dirigido por David Galán Galindo con la colaboración de Fernando Navarro y basado en la novela homónima del propio director. Está protagonizado por Verónica Echegui, Leonardo Sbaraglia, Ernesto Alterio, Javier Rey y Antonio Resines entre otros, y fue estrenada el pasado 28 de noviembre en NETFLIX.

David Galán Galindo es guionista, escritor y director de cortos, pero sobre todo se autodefine, como lector de comics y lo que ha realizado en esta ocasión es un Thriller con tintes de comedia, que incluye policías al uso, frikis de superhéroes y una jefa de homicidios que en sus horas libres da rienda suelta al mundo cosplay. Una historia creada más para niños que para adultos que me ha gustado, quizá porque siempre me lo pasé bien en la infancia y la juventud con el capitán Trueno, Roberto Alcazar o Mortadelo y Filemón, pero también porque hace una curiosa lectura del mundo de la diversidad y de los sesgos sociales que rechazan todo lo que se desvía de lo normalizado.

Es difícil que una comedia al uso me haga reír, sin embargo, esta lo ha conseguido y también entretenerme aunque no sin dejar de reconocer que sin Netflix y las actuales circunstancias del mercado, quizá nunca hubiera llegado a hacerse realidad por entender que se trata del tipo de cine que cuenta con más adeptos en otros países y la plataforma puede llegar mejor a ellos. Una frase que se dice en el film y que de alguna manera le puede dar sentido, es esta: «Mientras en Inglaterra escribían El rey Arturo, aquí escribíamos El Quijote. Porque solo concebimos que haga el bien un loco.»

Cuenta en Filmaffinity con una puntuación de 5,5 y una SINOPSIS que dice lo siguiente:

Madrid 2019. Un asesino en serie está sembrando el caos. Personas anónimas están siendo asesinadas imitando las primeras apariciones de los superhéroes más conocidos. Cosme es el mejor detective de su comisaría, y está a punto de jubilarse contra su voluntad. David es su relevo, y es joven e impulsivo. Ambos tendrán la misión de encajar las piezas en un juego del que desconocen las reglas. En su aventura contarán con la ayuda de Jorge Elías, hijo de Cosme, entrañable friki y dueño de una tienda de cómics y de Norma, jefa de ambos y amante del manga y del cosplay. Dicen que algunas veces hay que ponerse el traje y salir a hacer de este mundo un lugar mejor. Puede que esta sea una de ellas.

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TODOS IGUALES

El artículo 14º de nuestra constitución está redactado de la siguiente manera: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”, sin embargo, tanto este artículo como otros referidos al trabajo, o la vivienda, nunca se han cumplido lo que me lleva a pensar que la constitución, ese libro casi elevado a escritura sagrada por los poderes fácticos, es poco menos que “papel mojado”.

Que todos los españoles no somos iguales ante la ley y que la monarquía está «hecha unos zorros» y más cuestionada que nunca, lo demuestra el rocambolesco “affaire” del monarca emérito, fundador del mal denominado por algunos “Juancarlismo”; a partir del momento en que quedaron claras cuáles eran sus disimuladas prioridades, ocultas bajo su cara inocente y bonachona, a saber, cazar elefantes junto a millonarios, coleccionar “buenas señoras” o señoras que estén buenas (no sé como decirlo), pagar sus favores a un precio que ni la más costosa meretriz imaginaría, además de pillar pasta en negro por la cara para colocarla en paraísos fiscales antes de refugiarse en un estado feudal y totalitario, donde no se respetan los derechos humanos, para evitar ser llevado ante los tribunales españoles. Ahí es nada.

Ayuso, la privilegiada presidenta “pepera” de Madrid, remachaba en la cámara el asunto para el que no lo tuviera suficientemente claro: «la ley es igual para todos, pero no todos somos iguales ante la ley» decía la condenada, con dos ovarios, de seguir así, terminaré por admirar a esta señora.

Y es que al exmonarca o ex (lo que sea), no lo ha traído la guardia civil esposado desde su refugio como hicieran con Luis Roldán, no, este ha venido cómodo, protegido por calefacción y guardaespaldas, sin cuarentenas ni mierdas, para acercarse a hacienda y entregarles un papelito con dos escuetos párrafos (para qué más?) reconociendo que se ha portado como un chorizo, pero que no volverá a ocurrir y que les devuelve una exigua parte de lo esquilmado para que cierren la boca y se olviden de él de una puta vez. Maravilloso si yo fuera buen amanuense capaz de redactar un texto mejor, pero me salió este.

MOSUL

Mosul es el título de una película de corte bélico disponible en NETFLIX, dirigida por Matthew Michael Carnahan, en su primera ocasión tras la cámara y que es también el autor del guion, basado a su vez en un artículo de Luke Mogelson publicado The New Yorker, acerca de su experiencia como infiltrado en un escuadrón de policías de élite que combatía en la ciudad de Mosul, colaborando con otras fuerzas en el objetivo de expulsar a los militantes del Dáesh o Estado islámico (ISIS) de aquella ciudad absolutamente devastada por la guerra.

La violenta acción del comando tiene lugar entre escombros, calles por las que apenas puede pasar un blindado y esquivando no solo los objetos que se encuentran a su paso, sino defendiéndose de los francotiradores y continuas emboscadas de que son objeto, de manera que prácticamente toda la acción consiste en eso, matar, matar, matar, al más puro estilo de los videojuegos. Esa es la sensación que sentí al verlo. Esa y que como en la mayoría de las guerras, no hay buenos ni malos categóricamente, hay eso sí, muchos inocentes que se comen el marrón.

Toda la acción se desarrolla en breve espacio de tiempo, prácticamente una mañana, comenzando con la liberación de unos policías que los militantes de Dáesh tienen acorralados dentro de un local.

Lo que nos sujeta a la película es la intriga por conocer una misión que deben cumplir y que en ningún momento dicen de qué se trata. Cuando termina la película, cuando por fin acaba la ensalada de tiros y muertos y se aclara la intriga, a mí al menos me deja frío. Por otra parte se siente o yo así lo sentí, el irremediable sesgo yanqui, a pesar de que no haya un solo soldado americano y esté rodada en iraquí y no en inglés

Cuenta en Filmaffinity con una calificación de 6 puntos, aunque aún son pocos los que han votado y una SINOPSIS que dice lo siguiente:

Cuando los terroristas del estado islámico del ISIS tomaron su ciudad, un grupo de hombres lucharon contra ellos para intentar recuperarla. Basada en hechos reales, esta es la historia del equipo SWAT de Nínive, que libró una operación de guerrilla contra el ISIS en una lucha desesperada por salvar su ciudad natal de Mosul.

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Crítica de Alejando G. Calvo en Sensacine

Estoy pensando en dejarlo

La mayoría de las personas son otras personas.

Estoy pensando en dejarlo (I’m Thinking of Ending Things) es un surrealista thriller psicológico escrito dirigido y producido por Charlie Kaufman, basado a su vez en la novela homónima del escritor canadiense Iain Reid, que después de pasar por un reducido número de cines estadounidenses, se estrenó internacionalmente en NETFLIX la semana pasada. El casting principal está compuesto por Jesse Plemons, Jessie Buckley, Toni Collette y David Thewlis, y no sabría decir quien está mejor si bien me ha sorprendido Jessie Buckley pero porque no la conocía.

Debería empezar por decir que acaso necesito la ayuda de un psicoterapeuta para alcanzar a entender por qué razón me gusta tanto mortificarme con este tipo de películas, intimistas, existencialistas que a tanta gente incluyéndome entre ellos, deja tan mal cuerpo después de visualizar las dos horas largas que comprende.

Al contrario de lo que ocurre en la mayoría de las películas, donde las escenas van explicando la trama a su paso, en esta los personajes parecen estáticos siendo el tiempo el que pasa, porque Kaufman parece decirnos que un pensamiento puede estar más cerca de la verdad y de lo real, que una acción.

Arranca amablemente, en un día de invierno con un viaje para conocer a los padres del novio de la protagonista, que durante la primera parte, vive un momento de endofasia a través del que vas recibiendo información de la relación existente entre ambos. Durante el resto del viaje y hay que tener en cuenta que buena parte del film transcurre dentro del auto, vamos conociéndolos en parte por sus citas como cuando hacen referencia a la frase de Oscar Wilde: “La mayoría de las personas son otras personas. Sus pensamientos son las opiniones de otro, su vida un remedo, sus pasiones una cita” o a poemas de Wordsworth. Así los diálogos hablan de deseos, frustraciones, nostalgia de momentos deseados que no se llevaron a efecto. Su protagonista, magníficamente interpretado por Jesse Plemons, dice en otro momento “Se puede decir cualquier cosa, se puede hacer cualquier cosa, pero no se puede fingir un pensamiento”. A pesar de su aspecto demuestra ser un hombre culto por lo que en su interior subyace la frustrante sensación de lo que podría haber sido si la sociedad en lugar de detenerse en la apariencia externa, hubiera excavado un poco más dentro de él.

Por otra parte, para entender el mensaje, también hay que atender los gestos y acciones como un aparente problema de hafefobia que sufre el protagonista respecto a su madre, rechazando todos los gestos que ella ejecuta de acercamiento. Todo es lenguaje en la película, y a través de ese lenguaje hemos de seguir la trama para entender el final que siempre será nuestro final, el que cada uno entienda para sí. En definitiva, una película singular, para un público restringido pero en mi opinión muy recomendable.

Cuenta en Filmaffinity con una puntuación de 5,9 y una SINOPSIS que dice lo siguiente:

Un atajo imprevisto provoca que una mujer, en plena búsqueda de un modo de romper con su novio, tenga que reconsiderar toda su vida.

Soundtrack en SPOTIFY:
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Crítica de Alejando G.Calvo en Sensacine