Muay thai

Boxeadores

Soy de una época en la que el boxeo era un deporte más. Por las lonas locales se partían la cara gente como “Sombrita” o el ”Gitano Jimenez” y a más nivel “Fred Galiana (que ni siquiera se llamaba Alfredo, sino Exuperancio Díaz Galiana”, “Carrasco (Inventor del Bolo punch y más reconocido como marido de Rocio Jurado que por su carrera boxística)” o “Uzcudun” y por la tele los grandes”Casius Clay” y todos los boxeadores de color que vinieron detrás de él «los mantas» blancos como “Oscar Ringo Bonavena” y todos los demás. Hasta mi hermano mayor hizo sus pinitos en el ring del gimnasio de la peña Mallavia de Torrelavega hasta que mi padre lo bajó de él a hostias como era lo propio.

Las conversaciones con amigos de entonces eran del orden ¿Qué hubiera pasado si Casius Clay se hubiera enfrentado con Joe Louis, Primo Carnera o Rocky Marciano? Conversaciones que sonaban a ruido en mi cabeza porque en el fondo pensaba como mi padre, que aquello ni era deporte ni era nada, y desde mis capacidades deductivas no alcanzaba a comprender como se procedía de inmediato a separar a cualquiera que se encontrara en la calle, inmerso en una pelea, mientras jaleabas a dos tipos, algunos casi adolescentes, para que se mataran a tortas en un cuadrilátero. Siempre pensé que aquello tenía la misma fecha de caducidad que los toros, que también me parecía la mayor incultura dentro de lo que por entonces se entendía por cultura. Y por eso estaba convencido de que cuando llegara a tener la edad que tengo hoy, cualquiera de aquellas prácticas tanto una como la otra serían ya historia enterrada, especialmente con la incorporación al mundo de los hombres, del punto de vista de las mujeres.

Han transcurrido 50 años desde la época en la que creía aquello y como en casi todo no acerté al cien por cien o eso pensaba anoche cuando en Youtube me tropecé con un combate entre dos chicas jóvenes enfrentándose en una disciplina, afortunadamente no reconocida a nivel mundial, como es el Muay Thay, también denominado en el mundo anglosajón “Thai boxing” y en el hispano “boxeo tailandés”. Parece un sarcasmo que se reconozca como “El arte de las ocho extremidades” a una de las técnicas de contacto más peligrosas, en las que vale casi todo, golpes de puños, pies, rodillas, codos o incluso luxación. Y me sentía muy triste viendo la cara desfigurada de esas dos niñas que si no se parten la crisma un día de estos, lo que igual era mejor, terminarán pareciéndose al “Potro de Vallecas” en feas y en perdidas.

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