Largometraje dirigido por Steven Spielberg con guion de Tony Kushner, basado en una parte de la biografía escrita por Doris Kearns Goodwin y estrenado en el año 2012.
Pero Abraham Lincoln, además de dar título a esta película, fue ante todo el decimoséptimo presidente de los Estados Unidos de América y que nacido en 1809, ejerció como presidente electo desde el 4 de marzo de 1861 hasta su muerte en 1865, como consecuencia de un atentado con arma de fuego y que a juzgar por lo que hizo durante su mandato y los motivos que le movieron a hacerlo, se podría decir, utilizando las mismas palabras de mi profesora de historia en el bachillerato, cuando le pregunté por qué lo habían asesinado. Murió –me dijo– por ser un hombre bueno, no se me ocurre otra cosa que decirte, ya que explicarlo bien es complicado, nos alargaríamos y no es el momento.
La película resulta un poco oscura y complicada de entender al principio, sobre todo por el convulso manejo del aparataje parlamentario estadounidense pero a medida que avanza, se impone ese magnífico lenguaje visual que con tanta maestría sabe desplegar Steven Spielberg, llegando a resultar impresionante, poderosa y conmovedora como afirmara Voyero en su columna de El País en 2013 cuando llegó a Europa. La duración es de una hora y cincuenta minutos y está disponible en HBO.
Fue galardonada con dos Oscar, a la dirección artística y a su protagonista el actor londinense nacionalizado irlandés Daniel Day-Lewis que ejecuta un magnífico trabajo aunque el resto del elenco de actores está igualmente bien para mi gusto, en especial Tommy Lee Jones, conocido como el alguacil de El Fugitivo y Sally Field como la esposa de Lincoln.
Por temor a hacer spoiler, solo me gustaría añadir que la escena de la discusión parlamentaria previa a la votación de la decimotercera enmienda y algunas escenas intimistas con su mujer, sus hijos y algunos colaboradores, no tiene desperdicio.
Cuenta en Filmaffinity con una puntuación de 6,3 y una SINOPSIS que dice lo siguiente:
En 1865, mientras la Guerra Civil Americana se acerca a su fin, el presidente Abraham Lincoln propone una enmienda que prohíba la esclavitud en los Estados Unidos. Sin embargo esto plantea un gran dilema: si la paz llega antes de que se apruebe la enmienda, el Sur tendrá poder para rechazarla y mantener la esclavitud; si la paz llega después, decenas de miles de personas seguirán muriendo en el frente. En una carrera contrarreloj para conseguir los votos necesarios, Lincoln se enfrenta a la mayor crisis de conciencia de su vida.