Mi existencia no ha sido fácil, más bien una contínua carrera de obstáculos, primero por la supervivencia, luego por lograr un final de mis días más cómodo, ahora por permanecer vivo y siempre en lucha por mis derechos y los del colectivo de personas con diversidad funcional permanentemente discriminado por una sociedad excluyente que respeta poco a las minorías.
Las cosas buenas que me ocurrieron se pueden contar con los dedos de las manos. Haberte conocido, y que decidieras continuar caminando a mi lado fue lo mejor.
Gracias cariño por estos 25 años que mañana se cumplen de respeto, armonía y amor compartido. Te quiero.