GUERRA o PAZ

Para el ciudadano de un país que se puede considerar aún prematuro en lo que respecta a tradiciones democráticas, ayer y hoy han sido dos días tristes porque triste es que una persona tan menospreciable, ignorante y reaccionaria como Santiago Abascal esté aprovechando unos mecanismos democráticos en los que ni él ni su gente cree, para taladrar mis doloridos y ancianos oídos con el único objetivo de conseguir algún tipo de beneficio electoralista.

Nos podríamos preguntar cómo hemos llegado hasta aquí, aunque como ocurre habitualmente, no lo hemos hecho de pronto, ha sido rápido pero paso a paso, consintiendo, permitiendo, cediendo y sobre todo perdiendo progreso social y calidad democrática. Cuando nací, hace de eso 70 años, los españoles de izquierdas y de derechas ya se habían matado unos a otros en una contienda civil por lo que mi generación solo sufrió los coletazos de la posguerra con sus represiones y racionamientos (comíamos lo que nos dejaban, peor que en Venezuela pero la derecha de nuestro país no quiere hablar de ello porque todo lo que no les conviene se considera pasado de moda o revanchismo histórico); de cualquier modo, una “peccata minuta” al lado de lo que pasaron los supervivientes del propio enfrentamiento.

Por otra parte, durante el tiempo vivido por mi generación, también se suscribió y plasmó en la Constitución un pacto de no agresión y reafirmación democrática bajo la supervisión de un monarca impuesto por el dictador, que no elegido por el pueblo, y que aún siendo un logro que nos ha traído hasta aquí, no dejó satisfecho a todas las partes.

Para que sobreviviera una monarquía impuesta después de un largo paréntesis de 40 años de dura dictadura, hubo que transformarla en “Juancarlismo” con la intención de que fuera digerida por todos, nombre que hacía alusión al Rey Juan Carlos I, hoy acusado de corrupción y fugado al lejano oriente.

A las izquierdas no las dejó satisfechas porque no se impusieron sanciones a la represión y los crímenes de la dictadura, ni reconocimiento alguno a los reprimidos y porque no se devolvieron los cuerpos de los habitantes de las cunetas y muros de los cementerios a sus madres, esposas e hijos que todavía esperan. Y para colmo tampoco las derechas quedaron plenamente satisfechas aunque salieran mucho mejor paradas porque supuso cortar las alas a todos los que hicieron de su capa un sayo durante 40 años.

Creo honradamente que se hizo para sellar la paz bajo un orden democrático. No obstante, es lo que tienen los pactos que se hacen a regañadientes, que los descendientes de los que lo suscribieron empiezan a perder razones para defenderlo y vuelven a la guerra, porque lo que estamos viviendo parece una reedición de la guerra por el poder igual que entonces, pero sin armas, entre otras cosas porque el pueblo está desarmado como debe ser. Pienso en esto mientras escucho los vomitivos discursos de la ultraderecha, cargados de viejas y burdas copias de intervenciones anteriores incluso a la guerra civil, mal expresadas y sacadas de contexto porque son unos vulgares oradores y peores personas.

Por otra parte, es lamentable observar como los partidos políticos han convertido la lucha contra el coronavirus, en el ring donde zumbarse de lo lindo, utilizando todo lo que tienen a mano para arrojarse a la cara, incluido el actual monarca Felipe IV cuestionado en todas las encuestas y por ambos bandos.

Una única y pequeña satisfacción ha sido escuchar la intervención del Sr. Casado ratificando el rechazo a la moción de censura de hoy, erigiéndose de una vez por todas como jefe de la oposición y acercándose al centro que es la única opción desde la que puede aspirar a gobernar. Porque de haberse presentado una moción de censura la tendría que haber presentado su partido y no esa panda de descerebrados que se escindió de ellos, ya que solo apartándose de esas posiciones ultraderechistas y pactando las cuestiones de estado pendientes, podrá llegar a la senda que le permita gobernar algún día de nuevo el país.

Show me ha hero

Show me ha hero (Muéstrame un héroe) es una miniserie compuesta por 6 episodios de menos de una hora cada uno, disponible en HBO que narra la historia del alcalde más joven de una gran ciudad en el estado de New York y que según la cadena se inspira en hechos reales. Y es que la obra está basada en el libro homónimo de la escritora del New York Times, Lisa Belkin, que recoge los hechos acaecidos en un barrio de clase media norteamericana.

David Simon no se caracteriza por ser original en cuanto a la elección de nombres o títulos para sus series, pero si por ser un excelente creador de la escenografía coral necesaria para el magnífico relato de una historia

Esta miniserie, creada y escrita por David Simon y William Zorzi, y dirigida por Paul Haggis, recuerda en todo el estilo característico utilizado en The Wire, en el cual a partir de un hecho como el de construir 200 viviendas sociales para personas desfavorecidas en una ciudad con predominio de clase media, crea un buen número de mini historias, desde la propia del alcalde demócrata y su oposición republicana, hasta el de personas beneficiaras de las casas, y ciudadanos de toda índole e ideología para conseguir una atmósfera que absorbe al espectador.

Creo que es muy recomendable no solo para entretenimiento sino como ayuda a la hora de entender las tremendas luchas internas en partidos e instituciones que son necesarias para acometer empresas que de algún modo van a producir cambios en los aspectos demográficos, culturales, incluso estéticos en una ciudad. El casting, otro aspecto que nunca descuida David Simon, está plagado de buenos actores poco conocidos que en este caso también hacen una buena labor.

Show me ha hero

Cuenta con una puntuación de 7,5 puntos en Filmaffinity y una SINOPSIS que dice lo siguiente:

Miniserie de 6 episodios en la que el creador de ‘The Wire’ explora las nociones de hogar, raza y comunidad a través de las vidas de burócratas, activistas y ciudadanos de la ciudad de Yonkers, en el estado de Nueva York. Nick Wasicsko, el joven alcalde de dicha ciudad, se deberá enfrentar a una orden judicial que le obliga a construir un grupo de viviendas para familias sin recursos en los barrios blancos. El proyecto dividirá a la ciudad.

TRAILER OFICIAL

Cumbre banderil

Comienzo a aborrecer esa crítica superficial pero continua que se hace a Ayuso y que la prensa alimenta sacando las cosas de contexto, para que todo pase por no ser más que una anécdota, cuando estamos hablando del bienestar de los ciudadanos, pero también de cumplir con el deber de amortizar el sueldo generoso que reciben y su proyección como político, una figura laboral favorecida por privilegios como las puertas giratorias por lo que se podría afirmar que los dos protagonistas de la cumbre banderil en Madrid pueden presumir de tener el futuro resuelto hasta que llegue el momento de su muerte.

La Sra. Ayuso puede ser tan mal presidenta para la Comunidad Autónoma madrileña como mal alcalde pueda ser el Sr. Canteli para Oviedo, salvando las distancias y con razonamientos diferentes pero la culpa de que accedieran al cargo y lo peor, que se mantengan en él, no es de ellos sino del Partido Popular porque nuestro sistema político se apoya en una estructura de partidos monolíticos que se rigen por un sistema vertical con culto al indiscutible líder y me resisto a pensar que no había otros posibles dirigentes para regir la comunidad madrileña, mejor formados y más eficientes, o candidatos a alcaldes (a más de uno conozco) dentro del propio partido popular que hubieran sido mucho mejores alcaldes o alcaldesas para Oviedo que nuestro decrépito edil.

Pero además, este alarde de banderas y símbolos para tratar de lo que se está convirtiendo en un asunto de estado y con la que está cayendo en cuanto cifra de fallecidos y descontrol del sistema sanitario, me parece tan excesivo y fuera de bolos que me avergüenza haberlo vivido y de paso haber escuchado tal colección de despropósitos.

Si alguien llegó a pensar que la pandemia obligaría a juntar el hombro a nuestros políticos para acordar soluciones generosas e imaginativas, ya sabe que estaba equivocado, que esto no será posible mientras los partidos ganadores en las urnas, elijan representantes manejables, manipulables e ineptos que difícilmente puedan hacer sombra a sus dirigentes.

¿ES EL FUTURO DE LOS PATRIOTAS?

La frase de Trump: «El futuro no pertenece a los globalizadores, si no a los patriotas» tiene más sentido del que se puede apreciar a simple vista porque lamentablemente, resume una tendencia universal que en estos momentos se produce en cuanto a las reducciones de los estados hacia lo local y el resurgimiento de los nacionalismos y no me refiero a Cataluña en el momento actual sino a esa corriente que se observa desde hace tiempo en el norte de Italia, en los Lander alemanes, en la evolución del Reino Unido respecto a sus relaciones con Europa, las resistencias polacas, etc. Continuar leyendo «¿ES EL FUTURO DE LOS PATRIOTAS?»

ENTERRAMOS MUY BIEN

Quien desde el “Salón de los pasos perdidos” del Congreso de los Diputados contempla postrado como desfilan ante él aquellos que lo quisieron, los que lo odiaron pero tienen que cumplir con lo protocolario, los que desde sus propias filas lo envidiaron pero también los que supieron admirar a un político, quizá ejemplar único, capaz de irse de la política sin acceder al mecanismo de las puertas giratorias; fue el que dijo la frase “los españoles enterramos muy bien a nuestros muertos” y con su velatorio viene a demostrar que también tenía razón cuando lo afirmaba.

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Voy a tomar partido

Hace días sufrí presiones en nuestro grupo en el sentido de que mostraba predilección por la formación morada al haber publicado un comentario sobre los premios Faciendo Ciudad cuyos fondos se nutren con una parte de los sueldos de los concejales de Somos Oviedo, lo cual ensalzaba en aquel momento y lo vuelvo a hacer ahora. No deja de ser curioso sin embargo que sea desde el entorno de Podemos que yo haya recibido más quejas en sentido contrario, sobre todo a raíz de una entrevista que me hicieron en la Nueva España donde denunciaba las cosas que no había llevado a cabo el actual consistorio.

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EFECTO MARIPOSA

En el transcurrir diario no solemos ser conscientes de los efectos colaterales de nuestras acciones. Estos, solo se hacen visibles cuando se plantean los conflictos, así pocos podríamos haber afirmado hace algunos años, cuando se recrudecieron las relaciones catalanoespañolas a consecuencia de la publicación de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña que esto iba a acabar como ha acabado con todos tirándonos de los pelos, la derecha fragmentada y la izquierda al punto de la desfiguración.

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