Hoy, rondamos los 25000 contagios por COVID-19 y más de 1300 fallecidos a consecuencia del coronavirus cuando se ha cumplido ya una semana de confinamiento forzoso.
Pero además hoy es el DIA MUNDIAL DE LA POESÍA cuya celebración fue propuesta por la UNESCO con el propósito de consagrar la palabra esencial y la reflexión sobre nuestro tiempo.
Por ello, se me ha ocurrido para deleite de los amantes de la literatura y la poesía recordar uno de los poemas más bellos que se han escrito en lengua castellana. Se trata del poema titulado A un Olmo seco, perteneciente al libro de poemas de Antonio Machado «Campos de Castilla» y dedicado a su esposa, Leonor izquierdo, que murió muy joven a consecuencia de la tuberculosis y cuando apenas contaban tres años de vida en común.
A un olmo seco
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.