Y, ¿ahora qué?

La guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz (Thomas Mann)

La información sobre las intenciones de Putin que facilitaba Estados Unidos, era buena, no exageraba, ni mentía y ahora lo sabemos. También que la OTAN carece de ganas y fuerzas para mantener un equilibrio con él y, por lo tanto, no intervendrá militarmente. Algún día, sin mucho tardar, nos preguntaremos ¿de qué sirve mantener una organización como la del Atlántico Norte si llegado el momento se cruzará de brazos?

Esto me recuerda aquel chiste tan malo como cargado de homofobia que de niño escuchaba: No te pego porque me puedes, pero te odio, te odio, te odio. La especie humana es capaz de lo peor y esto, lo peor quiero decir, todavía no vino. Por ejemplo, Las violaciones de mujeres y niñas, secuelas infantiles, muertes por desabastecimiento y tantos otros efectos colaterales de las guerras que en lo sucesivo alimentarán nuestros informativos.

Y, ¿ahora qué? Vuelvo a preguntarme, porque sabemos que Putin no parará, pero sus verdaderas intenciones siguen siendo pura incertidumbre. ¿Acabado esto que me niego a definir, se fijará en otro país o se frenarán aquí sus megalómanos pensamientos de imperialista ruso?

Y en tanto en tanto discutimos y debatimos sobre lo divino y lo humano. Como enviar armas al país agredido para que su agonía se alargue, o iniciamos una diplomacia que no somos capaces de aplicar ni siquiera dentro de nuestro propio gobierno, la sucesiva ola de personas huyendo de la muerte, seguirá creciendo de manera exponencial hasta minar los ánimos humanitarios de los que está haciendo gala esta Europa criada en el buenismo capitalista y la comodidad fácil.

Sabemos igualmente que el termómetro de la generosidad varía su curva de ascenso en la medida que los informativos cambien el orden de sus relatos y eso lamentablemente también llegará. Lo que sí tenemos por seguro es, que las necesidades de los refugiados no decrecerán, seguirán necesitando de nosotros por mucho tiempo, poniendo en marcha el carro de las reticencias de los distintos países a la hora de pactar las cuotas de participación en el reparto del gasto.

Para colmo, las medidas económicas de estrangulamiento sobre Rusia, solo funcionarán a largo plazo y cuando la masacre ya haya sido perpetrada, porque la marcha atrás no existe. Y, a largo plazo, nosotros, la vieja Europa sufrirá con ellas tanto o más, viéndose obligada a asumir desde la escasez de recursos, hasta la subida de precios energéticos y la descompensación de las balanzas de pagos. Sé, que tanto pesimismo me convierte en agorero a los ojos de muchos que me leen, pero me da igual mientras yo no me sienta así. Lo malo es que ahora, mi respuesta a la pregunta del encabezamiento, es efectivamente muy pesimista.

Nuestros maravillosos años

Sobre el milagro alemán de la postguerra.

Miniserie alemana de 2020 producida por Benjamin Benedict y dirigida por Elmar Fischer con guion de Robert KrauseFlorian Puchert. Se la considera la más vista en su país durante la pandemia, se exhibió en formato de 3 episodios de 90 minutos, pero a FILMIN ha llegado dividida en 6 capítulos de 45 minutos. Del elenco de actores, sobresalen Elisa Schlott, Vanessa Loibl,  Anna Maria MüheKatja Riemann Thomas Sarbacher.

Unsere wunderbaren Jahre es el título de un best seller obra del escritor, filósofo y filólogo alemán Peter Prange en el cual se han basado los guionistas de la serie. No la he leído (creo que no ha sido traducida al castellano), pero sospecho que debe ser más interesante que la miniserie porque la historia en sí me lo parece.

La escena se sitúa geográficamente en la ciudad alemana de Altena en el estado de Renania del Norte-Westfalia y temporalmente acabada la II Guerra Mundial. Arranca con lo que se ha considerado el inicio del milagro económico alemán marcado por la entrega de 45 marcos a todos los ciudadanos independientemente de su condición social o su pasado para que lo gasten o inviertan como estimen conveniente, hecho que se produjo en el mes de junio de 1948.

En el aspecto humano sigue las vicisitudes de una familia formada por un industrial del metal y su mujer, padre de tres atractivas e inteligentes hijas que sufrieron las consecuencias de la guerra y seguidamente las purgas de los aliados. Todo ello dentro de un ambiente de postguerra, de las carencias que marcaron la vida de la ciudadanía y del enfrentamiento entre aquellos alemanes que se aprovecharon del nazismo y los que nunca estuvieron de acuerdo con él.

La historia en sí misma resulta ya interesante y por eso afirmaba anteriormente que la novela lo ha de ser más, lo que justificaría su gran tirada. Sin embargo, la versión adaptada al cine es floja en todos los sentidos. El guion resulta monótono y confuso. Por momentos parece una serie romántica, pero también reivindicativa aunque con cierta incoherencia. La fotografía me parece buena y la ambientación también sobre manera teniendo en cuenta que abarca 40 años, por lo que entiendo que esto se ha llevado la mayor parte del presupuesto. Los actores no consiguen emocionarme y al final me quedó sabor a poco sin llegar a sentir aburrimiento. No obstante, la recomiendo porque entretiene y puede resultar instructiva en muchos aspectos.

Cuenta con 6,4 puntos en Filmaffinity y una SINOPSIS que dice lo siguiente:

Adaptación del best-seller homónimo de Peter Prange que relata la historia de la familia Wolf en la posguerra alemana, en los años 40 y 50. La historia comienza el 20 de junio de 1948. En Altena, una pequeña ciudad de Alemania, se están formando largas colas en el banco local, al igual que en todo el país. Con la introducción de la nueva moneda, todos los ciudadanos, ya sean ricos o pobres, viejos o jóvenes, miembros de la resistencia o antiguos nazis, tienen la oportunidad de empezar de cero. Quien se presente en el punto de intercambio recibirá en mano 40 marcos recién impresos, y podrá decidir por sí mismo qué hacer con ellos. Esta es la historia de la familia Wolf, sus sueños, sus vidas y sus destinos. Dejan atrás una guerra cruel para vivir en el llamado milagro económico alemán de los años 40 y 50.

TRAILER OFICIAL

Maquis

Escrita y dirigida por Rubén Buren con evidentes pocos recursos, ha sido rodada en blanco y negro como la España que representa, y se estrenó hoy en Filmin.

Los maquis protagonizaron la resistencia franquista en la posguerra y prácticamente hasta los años 60 pero, como ocurre con todo lo relativo a esa parte de la historia contemporánea española, se ha hecho poco cine e incluso se habla poco de ello en la escuela donde nunca se enseñó como si estuviéramos obedeciendo aún al toque de queda impuesto por «Patucas» que es como despectivamente nombraba mi abuela al dictador Franco en alusión tanto a su pequeña estatura como a su estrechez de miras.

Pienso que aporta poco a la historia de los hombres que siguieron luchando contra Franco desde los montes en la creencia de que una coalición aliada nos devolviera la democracia lo que es evidente que no se dio y poco más de las mujeres que les ayudaron desde los pueblos y zonas rurales aunque es de ellas de las que habla la película. Sea bienvenida solo por eso y por narrar el dolor y el alto precio que pagaron esas mujeres de las que nadie habla.

El film carece de personajes masculinos y su reparto es el siguiente: Paloma Suarez, Zaida Alonso, Fátima Plaza, Teresa del Olmo, Lula Muñoz, Rosa Fernández Cruz, Alicia Lescure e Isabel Romero de León.

Programa Maquis

SINOPSIS: Mientras en el monte sigue la guerrilla, en el llano las mujeres sufren la represión. En cada casa hay un conflicto del que nadie quiere hablar; algunas prefieren olvidar y otras, seguir luchando. Las mujeres de los pueblos guardan terribles secretos entre el miedo, el machismo y el silencio de un país que no quiere recordar.

TRAILER OFICIAL