«Beautiful boy» es una película dramática de 2018 dirigida por el belga Felix van Groeningen en su primer film realizado en EE. UU. y grabado en inglés.
Está basado en dos libros autobiográficos Beautiful Boy: A Father’s Journey Through His Son’s Addiction de David Sheff y Tweak: Growing Up on Methamphetamines de Nic Sheff, y la adaptación del guion es obra del propio director y del escritor australiano Luke Davies.
Narra por lo tanto no solo una historia real sino realista y creíble a pesar de su dureza y crueldad. El título del film coincide con una canción de Lenon y la música tiene una presencia muy importante en todo el relato enfatizando cada salto temporal.
Los créditos al final de la película comienzan con este dato: «La sobredosis es la causa principal de muerte en EE.UU. por debajo de los 50 años» Solo esto ya justificaría una película así porque aunque se han hecho muchas películas sobre drogodependencias y esta no es la mejor, sin embargo no es una más por dos razones principales. Ni cae en el melodrama como otras porque narra sencillamente la cruda realidad y eso lo sabe cualquiera que haya tenido cerca un drogodependiente, ni se centra en el drama del adicto sino en el daño que este provoca en los seres que lo quieren en este caso principalmente su padre.
La película comienza con un diálogo entre el padre y un profesional al que acude solicitando información y al que dice esta frase demoledora:”He criado a un hijo, pensé que era un libro abierto para mí y he llegado a un punto en el que no sé quién es”. Un inicio que pone al espectador perfectamente situado para afrontar el drama que se va a vivir.
La fotografía está francamente bien, pero lo que de verdad es destacable en el film es el trabajo de edición al tratarse de una puesta en escena no lineal ni cronológica, similar a lo que ya se da en una película anterior del director y que ya comentamos «Alabama monroe«. En ambos casos Groeningen parece ofrecer momentos temporales aleatorios que pueden generar confusión en algunas personas por falta aparente de un patrón, pero que me parece un modo muy acertado porque en la lucha contra la adicción se dan estos saltos también, alternando momentos en el que parece que el enfermo se está desenganchando para no mucho más tarde darnos cuenta de que nos encontramos ante un salto atrás.
La historia es tremendamente cruda y el trabajo de los actores que dan vida a los personajes principales Steve Carell y Timothée Chalamet, padre e hijo respectivamente, es magnífico. No obstante el director aunque la película podría terminar de la peor manera y se entendería, opta por un final esperanzador. El largometraje está disponible en PRIME VIDEO y se lo recomiendo.
Cuenta en Filmaffinity con una puntuación de 6,4 y una SINOPSIS que dice lo siguiente:
Crónica sobre la adicción a la metanfetamina de un chico adolescente y sus intentos por salir de la droga, a través de los ojos de su padre, que observa impotente a su hijo mientras lucha contra la enfermedad de la drogodependencia.
