El 12 de septiembre del año 2006, un grupo de 33 personas discriminadas por su diversidad funcional, miembros del Foro de Vida Independiente, protagonizaron un encierro permaneciendo más de 24 horas en el edificio de la sede central del IMSERSO. Su objetivo era ser recibidos por el presidente del gobierno para explicar de primera mano sus peticiones ante la inminente aprobación de la ley de dependencia.
Tras varias horas de negociación y una noche entera dentro del edificio encerrados, se consiguió una reunión con el ministro de trabajo Jesús Caldera, que duró más de dos horas y en la que el ministro se comprometió a realizar ciertos cambios en la ley.
Pocos meses después, la ley se aprobó sin que ninguno de los compromisos del ministro se hubieran cumplido y por lo tanto sin ninguno de los cambios solicitados por el Foro de Vida Independiente. Seguidamente se puede leer la crónica que Jesús García Peón realizó del encierro exactamente igual a como se publicó en su día.
CRÓNICA DE UN ENCIERRO
Por los derechos humanos hemos de luchar siempre y los jóvenes han de tenerlo presente, ya que en la vida se encontrarán con otros semejantes capaces de no hacerlo, de mantenerse pasivos ante las injusticias. Así, más que la crónica de un encierro, esto puede ser un llamamiento a la lucha en pro de los derechos de todos los hombres, mujeres y niños de la tierra en sus distintas diversidades funcionales.
Soy Jesús García Peón, miembro activo del Foro de vida Independiente y uno de los encerrados en la tercera planta de la sede de la Dirección General del Imserso desde las 9 de la mañana del 11 de septiembre de 2006 hasta las 12 de la mañana del día siguiente.
El Foro de Vida Independiente es una organización no gubernamental que lucha por “Los Derechos Humanos, Igualdad y No Discriminación de las Personas con Diversidad Funcional”, de características un tanto singulares, porque, a las personas que lo componen, no les une una ideología, sino la defensa de los derechos en si mismos. En nuestras filas militan personas de derechas, izquierdas, religiosas, agnósticas, etc, pero nosotros no los identificamos como tales. No pagamos cuotas, ni tenemos junta de gobierno. Todos y cada uno de nosotros somos dueños de nuestros propios actos, la confluencia en el foro es voluntaria y desinteresada y cuando tiene lugar un evento, es necesario celebrar una reunión o debemos acudir a un acto oficial, el costo económico se cubre con el desembolso de cada cual. Así, con motivo del encierro, los gastos de hotel en la noche previa a la entrada en el Imserso, la gasolina, peajes, cafés, pérdida de jornada de trabajo, etc., corrió por mi cuenta.
Esto que parece un tanto anárquico y acaso ilógico por inusual es lo que hasta ahora nos ha unido. Todo es voluntario. Aquí nadie está a la fuerza y cada cual es un poco responsable de sus propios actos. Cuando alguien propone una línea de trabajo el resto de los miembros es libre de seguirlo o no y el éxito o fracaso del intento dependerá de ello y de su capacidad de convicción.
Dicho lo dicho, espero que nadie, miembro o no del Foro, se moleste por lo que seguidamente relato o por lo que pueda parecer pretendo con ello. De cualquier modo la responsabilidad es mía, lo escribo yo y lo publico en un servidor que, igualmente, costeo yo.
Días antes del encierro, componentes del foro protagonizaron paseos por Madrid, por los alrededores del Congreso de los diputados, con el objeto de crear expectación, informar a quien la solicitara y entrevistarse, cuando fuera posible, con diputados, lo que sucedió en algún caso. Puedes ver aquí un reportaje fotográfico de los paseos.
¿Por qué nos encerramos en la dirección general del Imserso?
Porque es nuestra casa. El Imserso depende directamente de Servicios Sociales, Familia y Discapacidad a cuyo frente se encuentra Dña. Mª Amparo Valcarce García, lo que lamento profundamente, porque está mujer solo puede ser perjudicial para nuestra causa. El edificio es accesible y supuestamente se trata, teóricamente, del lugar donde pueden entendernos mejor y tratar con mejor talante.
¿Qué pretendíamos con ello?
Únicamente conseguir llegar al Presidente del Gobierno, Sr. Zapatero. Le habíamos enviado cartas solicitando que nos recibiera pero no obtuvimos contestación y las fechas de entrada en discusión de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal (LEPA) se echaban encima. Si hubiéramos pretendido crear alarma, hubiéramos cortado la Castellana o impedido la salida de un tren en Atocha, por ejemplo. Pero sólo pretendíamos que el Sr. Zapatero nos diera la oportunidad de explicarle el motivo de nuestro encierro y así se lo dijimos al D. Ángel Rodríguez Castedo, director general, en su despacho. Desde el principio nos pareció encontrar poca colaboración, querían recoger los papeles que llevábamos y que nos fuéramos inmediatamente.
Acontecimientos posteriores
A medida que se percataban de nuestra convicción fueron endureciendo posturas e ignorando lo precario de nuestra situación y nuestro nivel de dependencia. Practicaron una técnica de desgaste habitual con terroristas o atracadores al uso.
- Hombre bueno, hombre malo y así, mientras unos ofrecían trato amable, otros advertían de lo peligroso de tensar la cuerda.
- Negativa a que los voluntarios introdujeran alimentos.
- Negativa a que nos proporcionaran elementos para acomodarnos como mantas, colchonetas, grúas, etc.…
- Negativa a introducir medicamentos.
A primera hora de la tarde se produce la primera baja. Nos vemos obligados a llamar desde los móviles a Salud Madrid y Cruz Roja para asistir a una de las chicas con problemas gástricos que obligaron a hospitalizarla hasta el día siguiente.
A las 8 de la tarde un hombre que dice venir del Ministerio de Gobernación, nos hace la bochornosa oferta de salir por las buenas y hacernos una graciosa foto o, en caso de no hacerlo, amenaza con obsequiarnos con una mala noche.
No cedemos y, efectivamente, habían planeado como hacernos pasar una mala noche. Nos expulsaron de la sala donde había sofás y suelo de madera para arrojarnos al duro y frío pasillo, obligados a dormir en el suelo, sin mantas y con el aire acondicionado en régimen de ventilación –dijeron-, pero que, junto con la música ambiental a toda pastilla, impedía dormir al mayor de los lirones, máxime, cuando dejaron las luces encendidas. Estaba claro que como en los interrogatorios franquistas, pretendían, con la falta de sueño, socavar nuestra resistencia y lucidez.
Dormir fue poco menos que imposible para algunos pero personalmente una de las cosas que más me afectó fue ver que se nos negaba la posibilidad de alimentarnos, mientras nos pasaron por delante una bandeja con comida para el director que dormitó en su despacho, supongo con la pretensión de estar enterado de todo lo que aconteciera de primera mano, pero, lo más probable, descansando sin ruidos y cómodamente recostado.
Por la mañana muy pronto, los vigilantes obligaron a que nos moviéramos para dejar todo como estaba la noche anterior, las sillas que habíamos movido, los felpudos, etc…, en su sitio. Eran chicos majos y educados pero uno de ellos, siempre hay un chulo, sentía placer tratándonos mal. Intentó introducirnos en una sala para hacernos invisibles, anularon los ascensores y nos impidieron bajar a desayunar.
Esto produjo enfrentamientos, declinamos desayunar dentro y bajamos a hacerlo a la cafetería, prácticamente forcejeando. Nos mandaron a la policía que amablemente vino a decir que somos unos inútiles y que era mejor nos fuéramos a casa tranquilitos, como si nada hubiera pasado. Una recomendación más que una advertencia, –dijeron–, pero lo interpretamos mal.
Las personas con diversidad funcional en situación de dependencia, somos frágiles y algunos, incluso muy delicados de salud. Algunos hemos vivido mucho y trabajado duro, yo mismo no he hecho otra cosa, lo que demuestran mis años cotizados a la Seguridad Social. Ellos sabían que teníamos que ir saliendo porque nos convertiríamos pronto en baja médica y cuando el Ministro Sr. Caldera, llamó para decir que nos recibiría por la tarde y que vería lo que podía hacer, cedimos, saliendo definitivamente a las doce de la mañana.
Efectivamente, por la tarde una comisión formada por Manuel Lobato, Patxi, Javier Romanach y otros, fue recibida por el Ministro D. Jesús Caldera que culminó, tras tres horas de negociación en un inventario agridulce por el mal resultado final
La Galería de fotos testimonio del encierro está disponible en este enlace (En la foto Paco autor del reportaje gráfico)
¿Por qué este escrito?
Porque alguien debe hacerlo. Porque este tipo de cosas deben conocerse. Y, porque personalmente considero que los mismos que consiguieron que el Sr. Zapatero perdiera el culo para recibir en Moncloa a los jugadores de baloncesto ganadores del mundial el mismo día que regresaron de Japón, impedían que se enterara de que los campeones de los súper-cascaos desearan les recibiera. Pienso que un hombre con sensibilidad suficiente para echar adelante esta Ley que tanto necesitamos, no dudaría, caso de tener conocimiento de ello, en recibirnos.
Le hubiéramos explicado que sólo pretendemos se tengan en consideración las enmiendas que presentan algunos partidos políticos y que contemplan nuestro punto de vista y aclarar lo que no hubiera entendido para después marchar tranquilos a casa a la espera de que sus señorías, cuando decidieran aprobar definitivamente la Ley , lo hicieran desde el absoluto conocimiento de todos los puntos de vista también de los grandes dependientes todavía jóvenes y con vida activa por delante.
¿Qué pretendo con él?
Sigo pretendiendo lo mismo, es decir, que nos reciba Zapatero y para ello, este escrito que pone en tela de juicio el respeto por los derechos humanos en nuestro país, máxime cuando se actuaba contra personas prácticamente indefensas como puede verse en el reportaje gráfico correspondiente, seguirá colgado en la red, mientras yo viva. Además enviaré enlace a esta página colgada en un servidor que yo mismo financio, a todas las agencias de prensa, diputados nacionales y de fuera de nuestras fronteras y lo haré de modo sistemático.
Recibimos un trato vejatorio que socavó nuestras fuerzas y espero, personalmente, ser restituido por ello. Así es que señores del Gobierno, espero expliquen a Zapatero que sigo esperando nos reciba y que no retiraré de la red esta página hasta que así sea, porque dudo mucho que cuando se entere se niegue a recibirnos. Díganle que me acompañarán algunos Foreros, sólo por si tiene dudas que yo no pueda solventar. Después descansaré tranquilo.
Espero que esta página se difunda en foros de opinión y en mentideros de toda ideología. Nosotros no practicamos política. Los derechos humanos son laicos, ajenos a todo adoctrinamiento y sólo persiguen el bienestar social. Está demostrado que cada día miles de personas en el mundo pasan a situación de dependencia como consecuencia de accidentes en el trabajo, tráfico o enfermedades degenerativas pero no por ello deben perder sus derechos.
Otras cuestiones colaterales.
Además, los ciudadanos hemos de luchar para que las instituciones funcionen de manera adecuada porque, en ocasiones, por no hablarlo suficientemente, creemos de manera equivocada que todo va bien. Por ejemplo, yo pensaba que la Cruz Roja nos atendería. Uno ve que llegan las embarcaciones con inmigrantes y la Cruz Roja se desvive, también que acuden a eventos deportivos o culturales, sin embargo, cuando les llamé para que enviaran ayuda, me respondieron que solo lo hacen cuando responde a convenios y pagando. Y entonces, uno se pregunta: pero
- ¿La Cruz Roja no se financia con subvenciones que cubro con mis impuestos siendo la ONG más beneficiada después de la Iglesia ?
- ¿Quién paga el servicio de los efectivos de la Cruz Roja que diariamente atienden los “cayucos”?
- ¿Es que nosotros tenemos menos derechos a ser atendidos?
- ¿Es preciso que los cascaos nos «in molemos» para salir en la prensa dado que TVE o Radio Nacional no se hizo eco del encierro?
- ¿Alguien desde el gobierno impidió que lo hicieran?
- ¿Y, Caritas a la que también telefoneé y me salió con evasivas?
Estas preguntas hemos de hacerlas para que se activen mecanismos de previsión, para no llamarnos a engaño y para seguir luchando para que instituciones, medios públicos y privados subvencionados hagan algo más que aparentar que hacen.