Con la que está cayendo

Entrando al ambulatorio

El otro día hablaba en «no mola«, del intento de las administraciones de implantar la telemedicina como sustitución de la atención primaria que se venía dispensando hasta que la pandemia lo impregnara todo, y del que hoy se hace eco la prensa siempre presta a colaborar con los poderes apoyando sus intereses en lugar de ser críticos con medidas que perjudican al pueblo, luego se quejan de que los periódicos no se venden.

La Nueva España de hoy, bajo el título «La telemedicina cala en Oviedo, publica reportaje que encabeza de la siguiente guisa: Los usuarios de los centros de salud de la ciudad van acostumbrándose poco a poco a la telemedicina. La mayoría asegura que cuesta cambiar al nuevo modelo asistencial, en el que predomina una primera consulta telefónica como medida preventiva ante el coronavirus, pero los pacientes reconocen que es necesario «adaptarse» a la situación generada por la pandemia. Además, y también de forma mayoritaria, celebran que la calidad del servicio no se ha visto mermada y defienden la profesionalidad de los facultativos de Atención Primaria. «Siempre que llamo y lo pido me dan cita», subraya Dolores Fanjul, una ovetense que ayer fue atendida en el centro de salud de La Lila y que no tiene queja, pese a que prefería la normalidad previa al virus.

Ya puede observarse que la maquinaria se está poniendo en marcha tal y como yo me temía. Pero hoy también quería hacerme eco de otra grave expresión que se está imponiendo, y me refiero a «Con la que está cayendo» como terminología tóxica. De modo que si protestas porque las medidas para la evaluación de las subvenciones por Ley de atención a la dependencia se han paralizado; probablemente te encontrarás con la expresión «con la que está cayendo» no podemos ahora ocuparnos de eso. Si protestas porque la información on-line de la app del Ayuntamiento de Oviedo sobre las paradas de TUA está sin actualizar y por lo tanto no da información de las nuevas líneas del bus, te dicen «Con la que está cayendo» habrá que ser un poco generoso ¿no? con lo que presumo que pronto esa coletilla tóxica terminará por causar más daño que el propio virus.

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