La derecha capitalista convenció a Franco para que nombrara sucesor de la dictadura a Juan Carlos, poniéndoselo todo a huevo para que no pensara porque si llega a pensar no lo hace y planta a otro militar como pretendió hacer con Carrero Blanco, que esa era su verdadera intención. La de la derecha capitalista sin embargo era que posteriormente el heredero, no de la corona sino de la dictadura, diera paso a una democracia civilizada procurando que los rojos quedaran en la trastienda controlados y la monarquía instaurada definitivamente a través de la constitución ratificada por el pueblo, lo que casi consiguen y digo casi por los agujeros que quedaron en la propia constitución, por ejemplo la imposibilidad de nombrar heredera de la corona a una mujer, y por lo que representó de traición para la derecha recalcitrante y nostálgicos de la dictadura que ahora asoman las patitas a través de Vox.
Ya he hablado más veces que en nuestro país no hubo rebelión de los claveles como en el país vecino, ni pacto social sobre una mesa redonda, sino cesión de responsabilidades y lavado de cara de un régimen impresentable a los ojos del mundo civilizado. Pero cuando los españoles fueron despertando del letargo y se comenzaban a cuestionar la transición por imperfecta, con el objeto de evitar un referéndum que ratificara la monarquía parlamentaria o diera paso a una república, se inventaron la figura política del “Juancarlismo” al grito de no somos monárquicos, somos “Juancarlistas” pretendiendo reivindicar la figura de quien devolvió las libertades al país, “se lo debemos todo” decían pero ahora nos damos cuenta de que en ese “se lo debemos todo”, no caben los 65 millones de euros recibidos presuntamente en concepto de comisiones ilegales.
Y cuando el tribunal supremo y la fiscalía suiza pone cerco a Juan Carlos (emérito Rey de España) para intentar averiguar la procedencia del dinero no declarado a Hacienda, huye como una rata, dejando tras de sí una cagada valorada en 65 millones de euros, la monarquía herida de muerte y al borde del referéndum y a su heredero con el culo al aire. Convirtiéndose con ello además, en el tercer Borbón que tiene que poner “pies en polvorosa” por ladrón.
Sorprende como una buena parte de la prensa nacional, de nuevo al servicio de la derecha capitalista, presenta al rey emérito huido como víctima que se ve obligado a tomar una decisión complicada para salvar la corona que él mismo ha puesto al pie de los caballos. Hoy más que nunca a pesar de lo que diga la derecha de Casado y la radical, es necesario un referéndum Monarquía/República que de verdad salve la institución de la máxima jerarquía constitucional de nuestro Estado.