Felicito a Chanel Terrero ganadora del “Benidorm Fest 2022” y me alegro de su triunfo por la proyección que supone participar en el Festival de Eurovisión defendiendo la candidatura española y la promoción a nivel internacional que esto supondrá para ella y su carrera a pesar de que una vez más, solo espero de su intervención, un puesto no más que discreto en la clasificación.
Y lo digo porque según mi criterio, había al menos dos propuestas más interesantes que la suya. Mi preferencia iba por Rigoberta Bandini, creo que presentaba una temática rompedora a la vez que actual y una coreografía pegadiza que le permitiría llegar a más gente y de no ganar, posiblemente alcanzar un buen puesto. Pero también la propuesta de Tanxugueiras era tan buena o mejor a pesar de llegar a menos gente por su temática local. Y esto no solo lo pienso yo, también la mayoría del público, pues fue la ganadora del voto emitido a través de mensajes y llamadas que por cierto, no eran gratis. El jurado nombrado por TVE pesó en el resultado final porque su decisión suponía el 50% del mismo y con su voto sentenció el resultado.
Me pregunto por qué pasan estas cosas en nuestro país y recuerdo una breve anécdota que viví con motivo de una de las pocas encuestas que me han hecho a lo largo de mi vida. Era una consulta política y creo recordar que la hacían por cuenta del PSOE aunque no estoy seguro. Una señorita me preguntó cómo pensaba yo que habíamos llegado los españoles hasta aquí. Entendí que se refería a alcanzar cotas de libertad o corresponsabilidad y le respondí que a duras penas y dándonos tiros en el pie cada poco. Sonrió con una mueca interrogante y anotó algo breve, ignoro lo que pudo ser ante una respuesta tan ambigua como incierta que yo mismo hice sin saber si realmente respondía a lo que me preguntaba.
Es una sensación que siento desde que tengo uso de razón. De niño pensaba que en nombre de la justicia universal y los derechos humanos, más pronto que tarde, alguien metería un tiro entre ceja y ceja al sanguinario dictador y generalísimo de todos los ejércitos que nos hacía la vida imposible. Pero eso no ocurrió nunca y Franco murió en la cama, eso si retorciéndose y atendido por su yerno que era médico y probablemente lo odiaba más que yo. En democracia hemos continuado dándonos tiros en el pie eligiendo a los dirigentes menos adecuados y lo seguimos haciendo y así nos metimos en la OTAN, participamos en la Guerra de Irak o hemos permitido que entren casi 60 fascistas en el Congreso de los diputados.
El Festival de Eurovisión ha sido un buen termómetro de esto que digo, eligiendo cada año participantes para que nos representaran que era imposible que ganaran por mediocres, vulgares y chungos, siendo el caso más significativo cuando elegimos a Rodolfo Chikilicuatre un personaje creado por el humorista Buenafuente al que dio vida el actor catalán David Fernández Ortiz.
Sin embargo, este año, teníamos la oportunidad de distinguirnos en Italia, pero hemos optado de nuevo por darnos un tiro en el pie.



