Angel María Villarrepresenta a mi juicio, la cúspide de la imagen de corrupción que ciertos pueblos del sur mediterráneo damos pero además con un barniz de hipocresía que linda con el insulto al pueblo. Dice el ministro en la cadena SER que la noticia le ha dejado “estupefacto” para luego añadir que desde el mismo ministerio se ha instado a la investigación. Además, cada vez que ha habido elecciones en la cima del fútbol español se ponía en entredicho su gestión para terminar por ser reelegido y “EL PAÍS” este periódico que cada día está más alienado con lo establecido osa igualmente hablar de sorpresa refiriéndose a la detención.
“Ande yo caliente y ríase la gente” decía el estribillo de una letrilla de Góngora y nunca pudo estar más vigente el dicho que se ha convertido en popular porque el Sr. Villar fue reelegido recientemente por mayoría absoluta, ni un solo voto en contra lo que hace a todas las Federaciones cómplices del clientelismo denunciado ahora por la Guardia Civil al afirmar en su denuncia ante la justicia que permitía a los presidentes de las Federaciones hacer negocios privados con la organización a cambio de fidelidad.
Son muchas otras cosas de las que se le acusa, desde la reventa ilegal de entradas hasta el amaño interesado de partidos amistosos de la Selección, pero yo me quedo con la comentada porque me parece la más significativa ya que sobre el “Ande yo caliente” que denunciaba Góngora se han escrito elecciones políticas en España de toda índole basadas en el “clientelismo” desde Galicia hasta Andalucía, pasando por Madrid y con partidos de derechas y de izquierdas y de ello sabemos aquí bastante con el “gabinismo”.
Dice un conocido que él no roba porque no tiene una caja a mano, me parece la frase más insultante que se pueda decir pero a lo peor tiene razón, igual somos todos ladrones en potencia, hijos de la misma saga que vendía sus favores clientelares a los poderes ya en la Edad Media a la que hacía referencia Góngora.
