CORONAPARANOIA

Se trata de un tipo de coronafobia o miedo a contraer el virus, dicen los psicólogos que intentan sumergirse en el mundo de nuestras actitudes, cuando observan a personas que, obsesionadas con el virus, dejan las actividades cotidianas aunque sean seguras y se entregan a la limpieza compulsiva o incrementan su higiene personal de lavado de manos, duchas y fricción con alcohol hasta el punto de provocar cuadros alérgicos paralelos y deterioros cutáneos.

Otros armados de pulverizadores cargados con mezclas varias de lejía y agua u otros viricidas adquiridos en establecimientos especializados, se entregan a una guerra sin cuartel contra las superficies, utensilios y objetos susceptibles de haber sido manoseados aunque solo quepa la posibilidad de que hayamos sido nosotros los que únicamente lo hayamos podido hacer, como los picaportes de las puertas de nuestras viviendas. Como también hay quien en su particular paranoia, disfraza su mascota intentando evitar que el pobre animal pueda transportar a cuestas el maldito virus hasta nuestra casa.

Ayer, por primera vez, visité el centro comercial, teníamos que devolver una prenda adquirida por internet y decidimos que al tiempo, podríamos llevar a cabo la compra de alimentos para la semana, engullir una hipercalórica hamburguesa y degustar un café más que nada por captar una pulsión exterior que antes era cotidiana y ahora parece inalcanzable.

Me sumo a la coronoparanoia del encabezado porque no encuentro otra manera mejor de describir las sensaciones. Inconscientemente uno tiene asumido que se va a encontrar una cola inmensa en el Burguer o tener que robar mesa a codazos y la carencia de todo ese exceso produce cuanto menos un desasosiego inicial. Sin embargo, poco después pensaba que a lo mejor, al empresario, de esta nueva normalidad, más despacio y sin agobios, le pueden ir saliendo los números porque mientras que normalmente están trabajando por turno más de 14 personas, había solo tres y no estaban apuradas por lo que no me conseguí quitar de la cabeza que los 9 operarios restantes, si esta situación se eterniza lo que parece probable, pasarán a engrosar las listas de un paro cuya cifra no tendrá parangón en el futuro próximo.