Se trata de la última película de Sam Mendes sobre guion escrito por él mismo en colaboración con Krysty Wilson-Cairns e inspirado, según él mismo afirmó, en las historias que le contó su abuelo paterno Alfred Mendes, sobre el tiempo en que participó en la Primera Guerra Mundial.
La película, visible en PRIME VIDEO, de temática bélica que tiene lugar poco después de la retirada alemana a la Línea Hindenburg durante la Operación Alberich, sigue a dos jóvenes soldados británicos a los que se les ordena entregar un mensaje que cancela un ataque ofensivo condenado al fracaso.
Que esté filmada como si se tratara de un solo plano frecuencia crea en el espectador un mayor interés si cabe, de modo que con la respiración entrecortada por la emoción, llegas al final moviéndote entre sentimientos encontrados inmersos en un escenario donde la vida no parece valer nada, donde los muertos se cuentan por puñados y por otra parte donde solo la vida cobra valor.
Por otra parte, como los actores carecen de personalismo porque no los conoces o los conoces poco, la interpretación de esos dos desconocidos para mí como son George MacKay y Dean-Charles Chapman, impresiona también. De modo que puedo decir que a mi juicio San Mendes ha filmado una obra maestra en su género.
Cuenta con 7,9 puntos en Filmaffinity y una SINOPSIS que dice lo siguiente:
En lo más crudo de la Primera Guerra Mundial, dos jóvenes soldados británicos, Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Chapman) reciben una misión aparentemente imposible. En una carrera contrarreloj, deberán atravesar el territorio enemigo para entregar un mensaje que evitará un mortífero ataque contra cientos de soldados, entre ellos el propio hermano de Blake.