Quizá haya quien piense otra cosa pero ni me interesa el protagonismo, ni me considero merecedor de homenaje alguno. Además tras esa aparente imagen de persona abierta, extrovertida y aguerrida que parezco dar, se esconce una gran timidez contra la que siempre me he visto obligado a luchar.
Me involucro en las cosas con gusto, por convicción propia y sin esperar nada a cambio. Por esa razón este diploma incluyendo dibujo firmado por una niña me produce una profunda satisfacción. No se si somos lo que se espera de nosotros pero seguro que nos conocemos a través de la mirada de los demás y el dibujo de la niña en mi silla de ruedas, ante un micrófono y acaso recitando una poesía me resulta conmovedor.
Además que te concedan un diploma en unos premios por la paz es doblemente gratificante, y sobre todo al tratarse de un certamen organizado por un colegio público del barrio, el Colegio Público Carmen Ruiz Tilve por el que siento gran afecto.
A este tercer certamen se presentaron candidaturas muy potentes, basta con decir que en la categoría “personas”, el mayor reconocimiento recayó en Vicente García Riestra, el poleso superviviente del campo de exterminio nazi de Buchenwald; y en la categoría “instituciones”, en la Fundación Banco de Alimentos de Asturias.
Agradezco muchísimo este reconocimiento a la Institución educativa con la que espero seguir colaborando en la medida que pueda y a las personas que lo reprentan.
