CRÍMENES

FERDINAND VON CSHIRACH

Leí algunas entrevistas que le hicieron en la prensa nacional “El, Pais”, “El Mundo” y otros…, con motivo de la presentación en España de su libro ”Crímenes” y me gustaron sus puntualizaciones respecto al modo que tenemos de actuar los humanos en determinadas circunstancias. De pronto –afirmaba- personas “normales” como cualquiera de nosotros actúan de un modo diferente pasando a protagonizar imprevisibles episodios violentos.

FERDINAND VON CSHIRACH es un abogado criminalista que carga con el pasado de un abuelo líder de las juventudes hitlerianas y que habla de ello con una normalidad que también me interesó y que, desde la experiencia de sus años como jurista parió esta novela o mejor decir este conjunto de historias supuestamente reales.

El caso que me acerqué a comprarlo con el serio propósito de leerlo. Seguramente debido a las expectativas que había depositado en el encuentro con la lectura, no resultó del agrado esperado. Ni me atrevo a calificarlo de novela negra ni me parece que sea tan realista. Creo que el autor novela constantemente, intentando crear un cierto morbo que provoque conversación y por lo tanto venta lo que acaso esté consiguiendo.

Fähner, la primera de las historias relata un crimen que engancha y acaso por ello la haya colocado al principio del libro, sin embargo, a partir de ahí, a mi entender, el interés baja constantemente. Desde la historia de chica buena que se prostituye para salvar al novio “cabeza loca” para terminar muriendo a sus manos, o la del empleado del museo que se carga la figura que custodia, pasando por el sicario silencioso cuyos gastos de defensa paga una misteriosa ficha secreta relacionada con la mafia japonesa y que con dos golpes pone adormir eternamente a dos ultras-nazis cargados de  cuchillos y bates de béisbol al más puro estilo norteamericano de no conseguir en el empeño arrugarse el traje; hasta terminar con la inverosímil historia del etíope que más bien parece sacada del relato promocional de una ONG y en la que el protagonista pasa de ser un tipo que atraca a una pobre víctima de su propio destino hasta que su “compañero de celda” –otro desatino- llama al prestigioso penalista que escribe la historia para que lo defienda haciéndose cargo de las costas y que, como colofón, termina redondeando la historia dulcemente como en los cuentos de hadas con la sola falta del “colorín colorado, este cuento se ha acabado”.

No obstante, de esta última historia reproduzco un pequeño párrafo que habla del funcionamiento de la justicia y que considero útil para la conversación y el debate:

…A diferencia de lo que ocurre en EEUU o Inglaterra, en Alemania la fiscalía no es una de las partes en liza, sino que obra con neutralidad. Es objetiva, investiga también las circunstancias eximentes, y por eso nunca gana ni pierde: La fiscalía no tiene más pasiones que la ley. Sirve exclusivamente al derecho y la justicia, al menos en teoría. Y en general es así mientras se instruyen las diligencias preliminares. Después, en el acaloramiento del juicio oral, es frecuente que cambien las circunstancias y que la objetividad empiece a resentirse. Es humana porque un buen fiscal nunca deja de fiscalizar, y es harto difícil fiscalizar al tiempo que se guarda neutralidad. Puede que se trate de una tara en el tejido de nuestra Ley de Enjuiciamiento Criminal, puede que la ley exija, simplemente demasiado…

  • Datos del libro:
  • Nº páginas 192Tapa blanca
  • Ed. Salamanca
  • ISBN: 9788498383898
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